Los Juegos Olímpicos de Invierno están a unos de iniciar y este día se ha dado a conocer que Latinoamérica en Pyeongchang rompe récord, ya que serán 33 participantes de siete países, siendo una de las más numerosas de lo habitual, México, Colombia y Bolivia, aportaron con más deportistas.
Además del debut de Ecuador en unos Juegos Olímpicos de Invierno pero con escasas opciones de brillar.
En la cita surcoreana se superarán los 32 representantes de la región latinoamericana procedentes de siete países, que hubo en Sochi en 2014, pero con pocas esperanzas de que se logren resultados históricos.
Latinoamérica nunca ha conseguido una medalla en Juegos de Invierno, siendo el noveno lugar obtenido por la brasileña Isabel Clark en Snowboardcross en Turín de 2006, siendo el mejor resultado latinoamericano de la historia.
Clark fue decimocuarta en Sochi 2014, obteniendo el mejor resultado brasileño en los Juegos de hace cuatro años y que volverá a estar presente en Pyeongchang.
Brasil y Argentina, que habían tenido 13 y 7 representantes en los anteriores Juegos, acuden a Pyeongchang con 9 y 6 respectivamente, pero este bajón de los dos países más grandes de Sudamérica se ve compensado con una gran presencia de México y Colombia, con cuatro representantes cada uno, mientras que Chile, que se presenta con siete.
Chile, país con más posibilidades de tener buena participación
La chilena Dominique Ohaco repite en Slopestyle de esquí artístico, después de haber obtenido en Sochi 2014 el mejor resultado de un deportista latinoamericano, con un decimotercer puesto.
A sus 22 años, la chilena, que llega a los Juegos en el puesto 18 del ranking, puede mejorar ese resultado.
«Personalmente he progresado mucho en relación a los Juegos Olímpicos de Sochi», afirmó la chilena a la AFP.
«He trabajado mucho en mejorar mi nivel de esquí. Mi objetivo es poder demostrar eso haciendo los mejores “runs” posibles, con los trucos nuevos que he estado practicando», añadió.
Ohaco tratará de superar el mejor resultado de Chile en unos Juegos de Invierno, en poder de Thomas Grob, con el undécimo puesto en la combinada de Nagano de 1998.
México, que en las últimas ediciones de los Juegos Olímpicos había tenido un solo representante, el aristócrata Hubertus de Hohenlohe, iguala en Pyeongchang 2018 los cuatro que tuvo en Salt Lake City de 2002.
México tendrá dos representantes en eslalon: Sarah Schlepper, una esquiadora estadounidense casada con un mexicano, y Roberto Dickson, nacido en México pero criado en Canadá, tras haber sido adoptado por una pareja de ese país, uno en esquí libre, en slopestyle: Robert Franco, que vive en California, de padre mexicano y madre estadounidense y uno en esquí de fondo: Germán Madrazo.
Fuerte presencia de Colombia en Pyeongchan
Colombia también presenta una delegación amplia con cuatro deportistas, después de que anteriormente solo pudo clasificar en una ocasión, en Vancouver de 2010, con Cynthia Denzler, una esquiadora nacida en Estados Unidos, de padres suizos, que se trasladó al país sudamericano siendo adolescente, y que terminó en el puesto 51 en eslalon.
La delegación cafetera estará formada en Corea por dos especialistas en patinaje de velocidad, con Pedro Causil y Laura Gómez, además del esquiador de fondo Sebastián Uprimmy, y el especialista en eslalon, Michael Poettoz, de origen francés.
Bolivia, que no había contado con representación en los últimos 26 años, tendrá a dos representantes, Simon Breitfuss Kammerlander, en esquí alpino, y Timo Juhani Gronlund, en esquí de fondo. Nacidos en Austria y Finlandia, respectivamente, pero que adquirieron la nacionalidad boliviana.
Por último, el único país latinoamericano que debuta en unos Juegos de Invierno es Ecuador, con Klaus Jungbluth Rodríguez, es esquí de fondo.
Desaparecen en cambio de los Juegos Olímpicos de Invierno en esta edición las delegaciones de Perú, que había tenido tres representantes en Sochi, Paraguay y Venezuela, que estuvieron con un deportista hace cuatro años.
Latinoamérica todavía parece estar lejos de las medallas, aunque puede consolidarse con un récord de participación, en espera de que surja un gran campeón.