Después del Apertura 2004, la palabra fracaso se hizo una constante para el conjunto de Veracruz. Sus referentes se fueron y los malos resultados se convirtieron en el pan de cada día hasta que en el Clausura 2008 perdieron la categoría. Este no es el gran Veracruz de Cuauhtémoc Blanco, ese se extinguió y todo parece indicar que volverá a estar hasta el fondo de la tabla en este torneo.
En el ya lejano 2004, jugadores como Blanco, Kléber Boas, Braulio Luna, Christian «Chaco» Giménez, Walter «Lorito» Jiménez y Gustavo Biscayzacú, llevaron alegría a todos los fanáticos de los escualos, quienes en ese año llegaron a la gran final contra Pumas, en la cual cayeron por marcador global de 4-1.
El estratega uruguayo, Wilson Graniolatti, había creado un equipo de culto en el futbol mexicano, uno muy agradable de observar semana a semana. La química del equipo era brutal, solo perdió tres encuentros e igualó en dos. Pocas veces se ha visto al equipo de Veracruz en un estado deportivo similar.
Los recuerdos de aquel explosivo cuadro del Puerto se desvanecieron rápidamente después de que Cuauhtémoc Blanco, Kléber y el «Chaco» Giménez fueran fichados por el América en 2005.
Hoy, los Tiburones Rojos debutan en el torneo Apertura 2018 en casa ante Pumas en un duelo en que no son favoritos. Mucho menos si se tiene en cuenta su torneo anterior en el que estuvieron muy cerca de descender.
No es el Veracruz de Cuauhtémoc Blanco, es el de Pedro Gallese, Luis Noriega, Hibert Ruiz, Melitón Hernández, y Cristian Menéndez, por mencionar a algunos.