El quarterback Sam Bradford fue cortado por los Cardenales de Arizona y dejará de ser parte del equipo por el resto de la temporada. Había firmado con el equipo a principios de este año, pero no se afianzó como titular y decepcionó –otra vez–.
Bradford jugó los primeros tres partidos de la campaña, mismos que perdió y, desde entonces no ha vuelto a tener participación. Fue sustituido por el novato Josh Rosen, quien lleva 1072 yardas aéreas, 48 terrestres, cinco touchdowns, una conversión de dos puntos, seis intercepciones y dos fumbles.
El ex de los Vikingos de Minnesota firmó como agente libre un contrato de un año por 20 millones de dólares (15 de ellos garantizados). Por los tres partidos que jugó esta temporada ganó 13.5 millones y su desempeño fue muy pobre, pues llegó a las 400 yardas por pase, siete por tierra, anotó dos touchdowns, lanzó cuatro intercepciones y perdió dos balones.
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Así que con 30 años de edad y con un historial de lesiones bastante amplio, Bradford tendrá que esperar a que algún otro equipo se interese en tenerlo en su plantel para el cierre de temporada.
Sus números no le ayudan.
El récord total de su carrera hasta el momento es de 34 partidos ganados, 48 perdidos y uno empatado, además de que nunca a llegado a postemporada.
En cuanto a lo económico, ha ganado un total de 130 millones de dólares y su promedio de ingreses por partido es de 1.57 millones.
La temporada de los Cardenales ha sido muy mala.
Arizona cuenta actualmente con un récord de dos juegos ganados y seis perdidos; su siguiente compromiso será este domingo 11 de noviembre contra los Jefes de Kansas City.