Es un hecho, la final de la Copa Libertadores de América se jugará en el Santiago Bernabéu, miles de kilómetros alejada de la esencia del futbol sudamericano, distanciada totalmente del ideario inicial del torneo continental, lejano de cualquier deseo de los fundadores del torneo libertador; en el corazón de Madrid, España. ¿Por qué la final en el Bernabéu es lo mejor que le pudo pasar al futbol argentino?

Creada en sus inicios para enaltecer las glorias de los héroes que le dieron independencia a América, la Copa Libertadores vivirá una final sui géneris, en un estadio europeo, con vigilancia planificada y con la experiencia suficiente para abatir cualquier síntoma de violencia. Una final de Libertadores sin aroma a América, sólo el indicio de un par de equipos liderados por dirigentes que pusieron el interés personal en pos del interés colectivo, de la afición.

El futbol argentino necesitaba una medida de estirpe para erradicar, desde dentro, los malos hábitos, para evidenciar los vicios más deleznables del entorno futbolístico del bicampeón del mundo. Para alejarlo de las manos de las barras bravas. Para de una vez por todas, señalarlos con el dedo y sacudir las entrañas de la violencia.

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¿Por qué le traerá beneficios al futbol argentino?

El prolongado estado de coma en el que se encuentra el futbol en Argentina vivió sus primeros electroshocks. Gianni Infantino evidenció y le quitó el dulce más preciado al niño: la final del siglo. La final que enfrentaba a los dos equipos más importantes de Argentina. Estos son algunos puntos que pueden dejar la reflexión de la tremenda crisis en la que se encuentra el futbol sudamericano:

¿Cómo realizar operativos policiales?

Aunque parezca el ‘A,B,C’ del futbol moderno, quedó claro por los hechos vividos el fin de semana, que la operatividad de los dispositivos policiacos en megaeventos deportivos no es tan clara. El bochorno mundial con lo vivido, concluyeron con la renuncia del Ministro de Seguridad de Buenos Aires, Martín Ocampo.

Esa no es la única salida, la vía del aprendizaje y de la autocrítica es lo que toca ahora. Toca ver los dispositivos en conjunto con la UEFA y la policía nacional en partidos de Champions League, aprender de lo que la policía española prepara días antes del partido con más carga histórica que ha vivido el Santiago Bernabéu. 

Violencia en los estadios

Aprender a diferenciar la pasión de la razón. Alentar a tu equipo hasta lograr el objetivo deportivo es una obligación, pedir la sangre del rival, desear la muerte con cánticos en los estadios y prenderle fuego a las gallinas. No lo es.

La violencia comienza desde los pensamientos, cánticos y termina (como vimos) en una desgracia para el futbol.

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¡Alto a las barras bravas!

Históricamente los líderes de las barras de los clubes tienen más poder que algunos dirigentes. Trascendió en la semana, que las barras de River que no tenían acceso al estadio para el Superclásico amenazaron a la dirigencia para atentar contra la vida de los jugadores de Boca. ¿De qué sirvió darle tanto poder a estos personajes?

Ya vimos la respuesta.

Ganar por ganar, hay formas, no lo vale todo.

El ventajismo no te hace más listo. Los partidos se ganan en la cancha, no en los escritorios. Las posturas de ambos directivos arrinconaban a que el campeón saliera de una oficina en Paraguay que de la cancha del Monumental. Las venganzas e historias pasadas quedan en el pasado.

Impulso al despertar social

Argentina vive un momento complicado, la sociedad exige resultados, pide mejores condiciones de vida, busca respuestas positivas en los estadios. Hoy es el momento que el despertar social surja de una tragedia nacional, que el cambio venga de los ciudadanos y no al revés.

Tiempo para una nueva imagen

Es la hora del nuevo comienzo, un punto y aparte que podría opacar las malas decisiones del pasado. Es la hora que los directivos se pongan en ello y desarrollen un cambio de imagen a la Copa Libertadores. Incluyente, libre de violencia y limpia, lejos de barras de animación y personajes que quieren envenenar el futbol.