La vida actual exige improvisar en las actividades diarias para lograr hacer ejercicio. ¡Sí! Necesitamos activarnos en nuestro día a día, pero no solo necesitamos echarle ganas, ropa adecuada y un espacio, sino también, las condiciones climáticas adecuadas.
¿Condiciones climáticas? Claro que importan y mucho, esto, porque si no existe la temperatura y condiciones ambientales adecuadas, tu esfuerzo o la energía que imprimas en el intento será en vano.
Depende de la práctica deportiva que realices al aire libre, se necesita una temperatura óptima, ¿la razón? Un ejemplo es correr cuando el calor está a tope, si es demasiado, merma el rendimiento aunque tengas los mejores niveles de hidratación y resistencia.
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Otro sería si practicas yoga al aire libre, se necesita una temperatura de entre 22 y 26 grados centígrados, debido a que es un ejercicio de bajo impacto y se necesitan las condiciones adecuadas para practicar este milenario arte.
Si bien estas temperaturas son relativas y están influenciadas por el viento y la humedad, hay que tomarlas en cuenta para rendir al máximo. Los cambios climáticos y el alto grado de contaminación podrían disminuir las actividades al aire libre que realizamos, al nivel de extinguirlas y pasar a ser bajo techo en el mejor de los casos.
¿Cambio climático = menos deporte al aire libre?
Los efectos del cambio climático alteran las actividades al aire libre, es decir, el aumento de la temperatura del mar cambia los patrones de evaporación, la circulación de las corrientes marinas, la fisiología de los organismos, el impacto sobre la cadena alimentaria que sostiene la vida y también, la posibilidad de que continúes haciendo ejercicio en las calles.
Además, si el cambio climático es radical, la radiación solar aumenta y eso afecta los deportes al aire libre, por lo que debemos evitar a toda costa que esto continúe, haciendo consciencia en la población, nuestra familia, amigos y en nosotros mismos.
¿Te imaginas no poder correr ni en la acera del parque en la esquina de tu hogar por la radiación o el intenso calor? ¿O no poder echarte la ‘cascarita’ en una cancha pública por el intenso frío que haría de noche?
Si realizamos acciones a priori, los deportes o actividades físicas al aire libre dejarían de estar en peligro de extinción, con pequeños detalles en nuestros hábitos, evitaremos una catástrofe a nivel global y local.
Si provocamos un cambio, seguiremos haciendo ejercicio
El hacer consciencia no solo significa comunicar a los que nos rodean el problema, se necesitan acciones constantes y hacerlas un hábito; desde evitar el uso de popotes, plásticos y botellas de PET, además de evitar usar en exceso el auto y tirar desperdicios tóxicos en el drenaje.
Estos pequeños detalles que hacen muy grande al ser humano. pic.twitter.com/B7rTdr4D0T
— Imágenes Históricas (@HistoriaEnFotos) 4 de septiembre de 2018
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo podemos mejorar nuestro entorno, son pequeñas acciones que pueden hacer la diferencia y evitar que en un futuro cercano, practiquemos deportes solo bajo techo.
Si quieres hacer una denuncia y quieres ver los mares limpios te invitamos a visitar www.gob.mx/mareslimpios.