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El Thursday Night Football de la semana 7 pintaba para ser un juego de pocos puntos con dos equipos que llegaban con un récord perdedor, los Cardenales de Arizona contra los Broncos de Denver.

En lo que va de la temporada los Cardenales tienen la peor ofensiva de la liga mientras que Denver cuenta con la defensa número 27. Ningún equipo llegaba bien así que se podría esperar cualquier resultado en este encuentro.

El equipo comandado por Josh Rosen tuvo la primer ofensiva del partido pero con solo 1 minuto transcurrido, el QB fue interceptado por la defensa, que llevó el balón a la zona prometida poniendo los primeros puntos en el partido. Después era el turno de Denver quienes lograban el segundo TD tras un pase de Sanders a Sutton dejando el marcador 14-0.

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Los Cardenales no podían concretar la jugada grande en zona roja y debían conformarse con un gol de campo. La defensa hacía su trabajo y lograba frenar a los Broncos pero sería de poca ayuda ya que en la siguiente ofensiva interceptaron de nuevo a Rosen dándole otro pick-6 a Denver.

La balanza empezaba a irse completamente del lado de los Broncos quienes anotaban dos veces más antes del medio tiempo dejando el marcador 35-3 al descanso.

Arizona debía cambiar algo en su forma de juego para no ser aplastados por los Broncos y al parecer la motivación se hizo notar en su vestidor porque al iniciar el 3er cuarto por fin encontraron las diagonales con un pase al receptor estrella, Larry Fitzgerald.

La defensiva de los Broncos estaba imparable al lograr su tercera intercepción del partido a Josh Rosen, parecía que los Cardenales ya solo querían que se terminara el partido.

Arizona tuvo una noche para el olvido tras ser blanqueado por los Broncos 45-10, además de que su QB titular salió lastimado en las últimas jugadas del encuentro. Su temporada no pinta nada bien y aún falta mucho camino por recorrer.