El pasado sábado 15 de septiembre, Necaxa recibió en el Estadio Victoria a Cruz Azul y le quitó el invicto al vencerlo 2-0. Las claves del triunfo de los Rayos fueron varios, desde la ayuda por la Fecha FIFA hasta el manejo táctico del cuadro hidrocálido en la cancha.
Las pausas por las fechas FIFA suelen quitarle el ritmo a los equipos que llevan una tendencia positiva y a la vez, le dan tiempo a los que no van tan bien de trabajar y mejorar lo que sea necesario para obtener buenos resultados.
El ejemplo perfecto fue el partido mencionado anteriormente, ya que la Máquina llegaba invicta y como súper líder al encuentro con 20 puntos producto de sus seis triunfos y dos empates, mientras que los Rayos acumulaban tres derrotas y dos igualadas, es decir, no habían ganado desde la jornada 3 del torneo Apertura 2018 hasta la más reciente que fue la 9.
El parado táctico diseñado por Marcelo Michel Leaño para encarar este difícil duelo fue un 4-2-2-2 con dos contenciones y dos hombres en las bandas.
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Final: #Necaxa
2-0 #CruzAzul ? ¡La Máquina se despidió de su invicto pero se mantiene como líder! ?
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— Nación Deportes (@naciondeportes_) 16 de septiembre de 2018
Por su parte, la formación de los dirigidos por Pedro Caixinha fue un 4-4-1-1, por lo tanto la única diferencia con respecto a su rival fue que tenía un futbolista jugando detrás del delantero, quien era el único referente en el ataque.
A balón parado, el arma letal de los Rayos.
Los dos goles del partido fueron mediante la pelota detenida, el primero de ellos fue un tiro libre muy cerca del rincón derecho del área y el cobro de Matías Fernández fue rasante aprovechando que ningún hombre de la barrera se colocó para cubrir la zona baja, de lo contrario, todos saltaron para impedir el tiro elevado.
La presión y la cobertura defensiva necaxista sobre los futbolistas que intentaban jugar por los costados fue muy efectiva, ya que les impidieron tomar buenas decisiones y sus servicios fueron frecuentemente imprecisos, además de que los que sí tenían buena pinta eran rechazados por los zagueros centrales o al menos incomodaban a los rematadores al momento de tirar.
Conforme transcurría el tiempo, la escuadra local jugó con el objetivo de desesperar a su oponente y le funcionó, ya que en los minutos finales, Víctor Dávila se metió al área con una excelente jugada individual y causó que Rafael Baca le cometiera una infracción, de manera que se sancionó el penal y el mismo Dávila se encargó de convertirlo para asegurar el resultado 2-0.
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