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Cuando se habla de Ray Lewis lo primero que se viene a la mente son sus dos campeonatos con los Baltimore Ravens y sus múltiples distinciones individuales que durante 17 temporada lo colocaron como el mejor linebacker de la NFL. El exjugador está incluido en esta clase de inducidos al Salón de la Fama, antes de recibir su chaqueta dorada, recordamos el lado oscuro de Ray Lewis que no se olvida.

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En el año 2000, Lewis salió de una fiesta de Super Bowl en Atlanta y una vez arriba de la limosina que lo esperaba, presenció el asesinato de dos hombres que fueron acuchillado. El linebacker fue acusado de doble asesinato, pasó un par de semanas en la cárcel y después los cargos fueron retirados.

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Con el paso de las semanas, se declaró culpable de obstrucción de la justicia y solo recibió un castigo menor. A 18 años del hecho, aún sigue la duda sobre si su grado de responsabilidad es mayor.

El producto de la Universidad de Miami también es conocido por sus campañas sociales en apoyo a las minorías. Lewis fue criado por su madre soltera en Florida. Su padre siempre estuvo ausente y era conocido por ser un hombre peligroso que trataba mal a las mujeres.

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Apesar de la buena imagen que intenta brindar día a día, el nuevo integrante del Salón de la Fama de la NFL tiene una sombra que lo persigue. Priscilla Lollar, madre de uno de los asesinados, aún espera el día que su hijo regrese y demanda justicia para un caso en el que no hubo culpable.

En una entrevista con NPR de hace un par de años, Ray Lewis habló sobre el caso de Atlanta y lo que representa para él:

«Es gracioso porque cuando todos leen esa historia, cuando todos la conocen, siempre es interesante que lo primero a lo que la gente recurre es que me acusaron de doble asesinato. Pero nadie quiere decir que desde el primer día, no había ni una pulga de evidencia sobre mí. Sabes, escucho que la gente menciona que Atlanta debe asustarme. Atlanta no me asusta. Atlanta me despierta, solo para darme cuenta de que, en primer lugar, no confíe en nadie, y en segundo lugar, nunca tendré que vivir como si fuera culpable cuando sé que soy inocente».

En su libro, I Feel Like Going On, el talentoso jugador habló sobre todo lo que recuerda del incidente y de cómo cambió su vida. Lewis hace hincapié en su inocencia.

18 años después de lo ocurrido, el lado oscuro de Ray Lewis lo persigue, pero con sus tackleadas, sacks, intercepciones, premios individuales y dos anillos, el linebacker está a unas horas de ver su busto en el Olimpo del futbol americano.