¿Cuál es la clave del éxito de Francia en Rusia 2018? Los paradigmas están para romperse, las reglas para reformularse y el futbol para reinventarse.
Tal es el caso de la nueva capital mundial del talento futbolístico; contrario a lo que se podría pensar, no figura ni Sao Paulo, ni algún pueblo en la provincia Napolitana y mucho menos el diamante en bruto de algún ghetto alemán.
La nueva capital del talento futbolístico es París, cuna de 50 futbolistas inscritos en las nóminas de los equipos mundialistas -más que ninguna otra ciudad del mundo-.
Paris, epicentro artístico durante las últimas décadas se convirtió en la madre futbolística de 50 jugadores inscritos para disputar un partido en Rusia 2018. La expansión cultural que ha vivido la capital francesa -post guerra- es la respuesta a la brutal cantidad de talento desfilando por los campos de Rusia.
Africanos, árabes y nativos han creado una de las generaciones más electrizantes de los últimos 20 años. El ejemplo más claro de esta mezcla cultural es Kylian Mbappé, la super estrella juvenil francesa que nació sólo 6 meses después de que su nación conquistara la Copa del Mundo en el Stade de France en 1998, a escasos 10 kilómetros de la epopeya de ‘Les Bleus’.
Con él, ocho futbolistas de la actual plantilla francesa nacieron en Paris: Benjamin Mendy, Paul Pogba, Alphonse Areola, Presnel Kimpembe, Blaise Matuidi, N’Golo Kanté y Steven N’Zonzi son estandartes reales de la mezcla cultural en la capital del talento futbolístico, París.
Dichos futbolistas son el resultado de la expansión racial en Francia, en específico de los suburbios de París, en donde reside el 38% de los inmigrantes franceses.
Dicho talento se vería desperdiciado sin la conducción adecuada, la guía fue propuesta por la Federación Francesa de Futbol creadora de una innovadora academia de ojeadores en todo el país, concentrada en un centro de alto rendimiento con las ‘joyas’ de toda Francia, llamado Clairefontaine.
Clairefontaine es el búnker del seleccionado francés e incubadora de los sueños de cientos de jóvenes, hoy realidad con el primer equipo.
La unificación de blancos, árabes y negros (Blanc, Beur, Black) en un terreno de juego es la alegoría de unificación de una nación segmentada por racismo, ideologías políticas y raíces culturales de falso nacionalismo. Esa utopía que se realizó por un puñado de jugadores similares en Francia 1998, podría tener una segunda entrega con este nueva generación de talentosísimos jugadores franceses.
La clave del éxito de Francia es fruto del trabajo de más de cuatro décadas, sueño de miles de franceses que entonarán al grito de: Liberté, égalité, fraternité (lema de la Revolución Francesa) en una hipotética celebración de la victoria en los Campos Elíseos.