El Estadio Azul se despidió con incidentes después de albergar su último partido de futbol entre las leyendas del Cruz Azul y del América antes de ser demolido.
La primer señal de que el adiós del inmueble podía terminar de forma turbulenta fue al minuto 58 del encuentro, cuando Gabriel Pereyra se le barrió intensamente a Alfredo González Tahuilán y éste reaccionó a la provocación del jugador Cementero, provocando así una bronca donde todos los jugadores que estaban en la cancha más los que estaban ubicados en las bancas se involucraron.
A final de cuentas, la situación durante la conclusión del duelo no pasó a mayores y se pudo terminar con normalidad, sin embargo, el programa del evento indicaba que se entregarían varios reconocimientos a los futbolistas que participaron el el adiós del Estadio Azul, por lo que algunos jugadores permanecieron en la cancha.
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La violencia apareció el final del Juego de Leyendas en el Estadio Azul debido a la invasión de cancha de algunos aficionados.
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— CANCHA (@reformacancha) 9 de septiembre de 2018
Fue entonces cuando los aficionados comenzaron a saltar de la tribuna al campo en busca de una foto o un autógrafo de sus ídolos, por lo que la policía tuvo que intervenir para sacarlos.
Lamentablemente, el público continuó con las acciones en contra de la seguridad y las autoridades se vieron en la necesidad de recurrir a la violencia para controlar la situación, no obstante, no fueron suficientes sus acciones y tuvieron que cederle el paso para impedir que el conflicto creciera.
Hombres, mujeres y niños sin excepción pudieron pisar el pasto e incluso arrancar trozos de césped para llevárselo como recuerdo del Estadio Azul, que está próximo a ser demolido.
Afortunadamente, el problema no pasó a mayores y únicamente dejó un mal sabor de boca luego del emocionante partido que se vivió en el inmueble que fue casa del Cruz Azul desde 1996 hasta hace algunos meses.