Didier Deschamps hizo historia tras coronarse con Francia, convirtiéndose en la tercera persona en ganar la Copa del Mundo como jugador y seleccionador (Mário Zagallo y Franz Beckenbauer).
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Tras levantar la Copa como capitán de los Bleus en 1998, Deschamps alcanzó este domingo en Moscú la segunda estrella para Francia como entrenador de un equipo plagado de figuras, que superó sin problemas por 4-2 a Croacia en la final del Mundial de Rusia.
Es indudable que el equipo flamante campeón del Mundial-2018 lleva el sello de Deschamps. Un equipo que se asemeja al jugador que ganó la Copa del Mundo con Francia, la Copa de Europa con el Marsella y que defendió también los colores de Juventus, Chelsea y Valencia entre otros: ordenado, aguerrido, infatigable, luchador y con mucha ambición.
La actual Francia destaca sobre todo por su capacidad para defender, incluso los delanteros, que no tienen problemas en retrasar su posición para participar en la destrucción, como se demostró en los juegos ante Uruguay, Bélgica y Argentina.
Deschamps, que el próximo 15 de octubre cumplirá 50 años, llegó al cargo tras la Eurocopa 2012 para sustituir a Laurent Blanc, compañero de la generación que levantó la Copa del Mundo en 1998.
El técnico, sin embargo, tuvo el peor comienzo de cualquier seleccionador en los últimos 50 años (cinco derrotas y cuatro empates en los primeros 13 partidos) y necesitó del repechaje contra Ucrania para clasificarse para el Mundial Brasil.
20 años después de haber ganado el título en 1998 y en contra de muchos pronósticos, Deschamps conquistó la segunda estrella para su país, con un equipo aún más joven que el de 2016, liderado por Kylian Mbappé, la gran sensación del torneo, y con una defensa de hierro.
Con este título, Deschamps hizo historia tras coronarse con Francia y se convirtió en el tercer hombre en ganar la Copa del Mundo como jugador y entrenador, después de que lo hicieran el brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer.
Fuente: AFP